Nuestra Historia

¿Alguna vez has sentido que no estás cuidando tu salud como deberías? ¿Sientes que podrías llevar un estilo de vida mucho más saludable pero simplemente no tienes tiempo o dinero? ¿Pospones constantemente el cuidado de tu bienestar?


Mi nombre es Antonio, durante muchos años me pregunté lo mismo y te contaré cómo pasé de ser un padre con sobrepeso, dolores, malestares y que pasó muchas noches de insomnio por sentirse culpable de no cuidar su salud. A uno con un peso saludable, lleno de energía y fuerza para jugar con mis hijas y dedicarle tiempo de calidad a mi familia durante muchos años más.

Nuestra Historia

¿Alguna vez has sentido que no estás cuidando tu salud como deberías? ¿Sientes que podrías llevar un estilo de vida mucho más saludable pero simplemente no tienes tiempo o dinero? ¿Pospones constantemente el cuidado de tu bienestar?


Mi nombre es Antonio, durante muchos años me pregunté lo mismo y te contaré cómo pasé de ser un padre con sobrepeso, dolores, malestares y que pasó muchas noches de insomnio por sentirse culpable de no cuidar su salud. A uno con un peso saludable, lleno de energía y fuerza para jugar con mis hijas y dedicarle tiempo de calidad a mi familia durante muchos años más.

Al cumplir los 37 años de edad, me encontraba en lo que creía era la cúspide de mi carrera profesional. Contaba con más de 12 años de experiencia en la industria química y un gran puesto ejecutivo en una empresa transnacional. Sentía que tenía una carrera exitosa y una buena vida, pero sin saberlo, todo había sido a cambio de un precio muy caro, mi salud. Me di cuenta del costo tan elevado que había pagado hasta la mañana que cambió mi vida para siempre. 

La compañía para la que trabajaba quería entrar en el mercado asiático y nos encontrábamos reunidos con los representantes de una de las empresas de distribución más importantes de Japón. El proyecto más importante del año para la compañía y yo era el encargado de que se llevará a cabo. Trabajaba 12 horas al día, muchas veces incluyendo fines de semana, lo cual me generó mucho estrés físico y mental y me llevó al límite. Pero por fin, después de meses de negociaciones y arduo trabajo, había llegado el día en que firmaríamos el contrato, mi jefe me felicitaría por mi desempeño y recibiría un gran bono.

Todo iba conforme a lo planeado, nos encontrábamos mostrando las instalaciones a nuestros invitados japoneses cuando mi asistente, con la cara pálida y conteniendo las lágrimas, se acercó a mí y me dio una terrible noticia: me dijo que mi hija Susy, de doce años, se encontraba en la escuela practicando gimnasia y había tenido un accidente. Una ambulancia la trasladó al hospital, pero se encontraba inconsciente.


En ese instante imaginé lo peor, comencé a sudar frío y sentir escalofríos. Mi corazón comenzó a acelerarse y mi visión se nubló hasta oscurecerse por completo. Después de eso no supe qué pasó, sólo recuerdo haber perdido la fuerza en mis piernas y que caí mientras mi asistente trataba de sostenerme.

Desperté unas horas después en un hospital sin recordar nada de lo que había sucedido más que el accidente de mi hija, por quien pregunté inmediatamente. Afortunadamente ella se encontraba bien, libre de riesgo y recuperándose, había tenido una contusión. En cambio, yo había sufrido una arritmia cardiaca según me explicó el doctor.

Fue muy claro con que había tenido mucha suerte de que no hubiese sido algo más grave, pero que viendo mi ritmo de vida era muy probable que pasara de nuevo. Me dio un ultimátum, “si no cambiabas tu estilo de vida, no llegarás a ver a tus hijos crecer”.
Al cumplir los 37 años de edad, me encontraba en lo que creía era la cúspide de mi carrera profesional. Contaba con más de 12 años de experiencia en la industria química y un gran puesto ejecutivo en una empresa transnacional. Sentía que tenía una carrera exitosa y una buena vida, pero sin saberlo, todo había sido a cambio de un precio muy caro, mi salud. Me di cuenta del costo tan elevado que había pagado hasta la mañana que cambió mi vida para siempre. 
La compañía para la que trabajaba quería entrar en el mercado asiático y nos encontrábamos reunidos con los representantes de una de las empresas de distribución más importantes de Japón. El proyecto más importante del año para la compañía y yo era el encargado de que se llevará a cabo. Trabajaba 12 horas al día, muchas veces incluyendo fines de semana, lo cual me generó mucho estrés físico y mental y me llevó al límite. Pero por fin, después de meses de negociaciones y arduo trabajo, había llegado el día en que firmaríamos el contrato, mi jefe me felicitaría por mi desempeño y recibiría un gran bono.

Todo iba conforme a lo planeado, nos encontrábamos mostrando las instalaciones a nuestros invitados japoneses cuando mi asistente, con la cara pálida y conteniendo las lágrimas, se acercó a mí y me dio una terrible noticia: me dijo que mi hija Susy, de doce años, se encontraba en la escuela practicando gimnasia y había tenido un accidente. Una ambulancia la trasladó al hospital, pero se encontraba inconsciente.


En ese instante imaginé lo peor, comencé a sudar frío y sentir escalofríos. Mi corazón comenzó a acelerarse y mi visión se nubló hasta oscurecerse por completo. Después de eso no supe qué pasó, sólo recuerdo haber perdido la fuerza en mis piernas y que caí mientras mi asistente trataba se de sostenerme.

Desperté unas horas después en un hospital sin recordar nada de lo que había sucedido más que el accidente de mi hija, por quien pregunté inmediatamente. Afortunadamente ella se encontraba bien, libre de riesgo y recuperándose, había tenido una contusión. En cambio, yo había sufrido una arritmia cardiaca según me explicó el doctor.
Fue muy claro con que había tenido mucha suerte de que no hubiese sido algo más grave, pero que viendo mi ritmo de vida era muy probable que pasara de nuevo. Me dio un ultimátum, “si no cambiabas tu estilo de vida, no llegarás a ver a tus hijos crecer”.

Seré honesto, a pesar de aquel fuerte llamado de atención, al inicio no fue nada fácil llevar un estilo de vida saludable. Pero contaba con la motivación que necesitaba y la ayuda de mi familia hizo las cosas más sencillas. Comencé a hacer un poco de ejercicio y evitar ciertos alimentos. Los primeros meses pude sentir los cambios en mi cuerpo.


Había mejorado mi estado de ánimo, dormía mejor, sentía más energía y mi rendimiento en todos los aspectos había mejorado.

Seré honesto, a pesar de aquel fuerte llamado de atención, al inicio no fue nada fácil llevar un estilo de vida saludable. Pero contaba con la motivación que necesitaba y la ayuda de mi familia hizo las cosas más sencillas. Comencé a hacer un poco de ejercicio y evitar ciertos alimentos. Los primeros meses pude sentir los cambios en mi cuerpo.


Había mejorado mi estado de ánimo, dormía mejor, sentía más energía y mi rendimiento en todos los aspectos había mejorado.

Pero con el paso de los días, toda esa mejoría se había ido. Me sentía justo como antes de haber sufrido la arritmia y acabar en el hospital. Esto hizo que la preocupación y el insomnio poco a poco regresaran a mi vida, haciéndome sentir muy frustrado.
Sumado a mi insomnio, la cosa se ponía peor porque tengo que reconocer que no cuidaba mucho mi alimentación, por el trabajo no siempre tenía tiempo de comer algo “saludable”. Y mi esposa Mar, no siempre tenía tiempo de ayudarme con la comida pues se encargaba de la de mis hijas, además de llevarlas a la escuela.
Pero con el paso de los días, toda esa mejoría se había ido. Me sentía justo como antes de haber sufrido la arritmia y acabar en el hospital. Esto hizo que la preocupación y el insomnio poco a poco regresaran a mi vida, haciéndome sentir muy frustrado.

Sumado a mi insomnio, la cosa se ponía peor porque tengo que reconocer que no cuidaba mucho mi alimentación, por el trabajo no siempre tenía tiempo de comer algo “saludable”. Y mi esposa Mar, no siempre tenía tiempo de ayudarme con la comida pues se encargaba de la de mis hijas, además de llevarlas a la escuela.
Así que comencé a buscar productos que fueran mis grandes aliados en el cuidado de mi salud, de forma que pudiera complementar mi nutrición, ya que no estaba comiendo las frutas, verduras y proteínas que necesitaba. A pesar de mi formación y experiencia en química, luché por encontrar información confiable y productos de calidad para mejorar mi salud. Probé varios productos que no cumplieron mis expectativas, que no tenían la calidad o los ingredientes que decían tener.

Luego de unos meses había invertido una gran cantidad de dinero en estos productos y solo tenía una caja llena de frascos de colores llenos de pastillas y cápsulas que no servían y que tuve que tirar a la basura. Ferdinand Porsche, el creador de los autos, solía decir que no soñaba con los autos, sino que los construía.
Así que comencé a buscar productos que fueran mis grandes aliados en el cuidado de mi salud, de forma que pudiera complementar mi nutrición, ya que no estaba comiendo las frutas, verduras y proteínas que necesitaba. A pesar de mi formación y experiencia en química, luché por encontrar información confiable y productos de calidad para mejorar mi salud. Probé varios productos que no cumplieron mis expectativas, que no tenían la calidad o los ingredientes que decían tener.
Luego de unos meses había invertido una gran cantidad de dinero en estos productos y solo tenía una caja llena de frascos de colores llenos de pastillas y cápsulas que no servían y que tuve que tirar a la basura. Ferdinand Porsche, el creador de los autos, solía decir que no soñaba con los autos, sino que los construía.

La idea me había venido a la mente, aunque todavía no me atrevía ni a decírsela a mi esposa. Mientras tenía esto en mente tuve la gran fortuna de encontrarme con Luis, un ex compañero de la universidad, mientras realizaba compras en un supermercado. Nos pusimos al día y con la charla nos dimos cuenta de que ambos teníamos historias similares, aunque de formas distintas...

Los dos estábamos en la búsqueda de un estilo de vida saludable.

Nos volvimos a ver para platicar del tema, y después de unas horas la idea comenzó a desarrollarse y tomamos la decisión de crear productos que tuvieran la calidad y dieran los resultados que buscábamos. Comenzamos a desarrollar el concepto de una empresa que realmente se preocupara por la salud y la economía de hombres y mujeres. Que fabricara productos que causen un verdadero impacto positivo en la vida diaria de las personas.
Así que decidimos crear Laboratorios Wöhl y trazamos un plan para llevar la salud a las personas de una manera más accesible y confiable. El nombre lo escogimos en honor al abuelo de Luis, un inmigrante alemán que había sido dueño de una botiquería y que le inculcó la importancia de utilizar solo los mejores ingredientes. Eso fue algo que me motivó a realizar el proyecto con él, tenía un objetivo claro: la calidad.

Con el apoyo de nuestras familias, tomamos la valiente decisión de dejar nuestros trabajos y embarcarnos en esta nueva aventura. Fue un camino lleno de pruebas y tribulaciones. Importar de todo el mundo los mejores ingredientes y fabricarlos con los más altos estándares de calidad y tecnología no es nada sencillo, pero finalmente, con mucho trabajo, pero, sobre todo, con mucha pasión y amor a la vida, logramos crear productos de la más alta calidad.

La idea me había venido a la mente, aunque todavía no me atrevía ni a decírsela a mi esposa. Mientras tenía esto en mente tuve la gran fortuna de encontrarme con Luis, un ex compañero de la universidad, mientras realizaba compras en un supermercado. Nos pusimos al día y con la charla nos dimos cuenta de que ambos teníamos historias similares, aunque de formas distintas...

Los dos estábamos en la búsqueda de un estilo de vida saludable.

La idea me había venido a la mente, aunque todavía no me atrevía ni a decírsela a mi esposa. Mientras tenía esto en mente tuve la gran fortuna de encontrarme con Luis, un ex compañero de la universidad, mientras realizaba compras en un supermercado. Nos pusimos al día y con la charla nos dimos cuenta de que ambos teníamos historias similares, aunque de formas distintas...

Los dos estábamos en la búsqueda de un estilo de vida saludable.

Nos volvimos a ver para platicar del tema, y después de unas horas la idea comenzó a desarrollarse y tomamos la decisión de crear productos que tuvieran la calidad y dieran los resultados que buscábamos. Comenzamos a desarrollar el concepto de una empresa que realmente se preocupara por la salud y la economía de hombres y mujeres. Que fabricara productos que causen un verdadero impacto positivo en la vida diaria de las personas.


Así que decidimos crear Laboratorios Wöhl y trazamos un plan para llevar la salud a las personas de una manera más accesible y confiable. El nombre lo escogimos en honor al abuelo de Luis, un inmigrante alemán que había sido dueño de una botiquería y que le inculcó la importancia de utilizar solo los mejores ingredientes. Eso fue algo que me motivó a realizar el proyecto con él, tenía un objetivo claro: la calidad.


Con el apoyo de nuestras familias, tomamos la valiente decisión de dejar nuestros trabajos y embarcarnos en esta nueva aventura. Fue un camino lleno de pruebas y tribulaciones. Importar de todo el mundo los mejores ingredientes y fabricarlos con los más altos estándares de calidad y tecnología no es nada sencillo, pero finalmente, con mucho trabajo, pero, sobre todo, con mucha pasión y amor a la vida, logramos crear productos de la más alta calidad.

Nos volvimos a ver para platicar del tema, y después de unas horas la idea comenzó a desarrollarse y tomamos la decisión de crear productos que tuvieran la calidad y dieran los resultados que buscábamos. Comenzamos a desarrollar el concepto de una empresa que realmente se preocupara por la salud y la economía de hombres y mujeres. Que fabricara productos que causen un verdadero impacto positivo en la vida diaria de las personas.

Así que decidimos crear Laboratorios Wöhl y trazamos un plan para llevar la salud a las personas de una manera más accesible y confiable. El nombre lo escogimos en honor al abuelo de Luis, un inmigrante alemán que había sido dueño de una botiquería y que le inculcó la importancia de utilizar solo los mejores ingredientes. Eso fue algo que me motivó a realizar el proyecto con él, tenía un objetivo claro: la calidad.

Con el apoyo de nuestras familias, tomamos la valiente decisión de dejar nuestros trabajos y embarcarnos en esta nueva aventura. Fue un camino lleno de pruebas y tribulaciones. Importar de todo el mundo los mejores ingredientes y fabricarlos con los más altos estándares de calidad y tecnología no es nada sencillo, pero finalmente, con mucho trabajo, pero, sobre todo, con mucha pasión y amor a la vida, logramos crear productos de la más alta calidad.

Hoy, puedo decir con orgullo que, a través de la colaboración con científicos e investigadores, estamos a la vanguardia de la salud y el bienestar, ayudando a las personas a llevar vidas más saludables y felices. Ahora, no solo me preocupo por mi propia salud, sino que también me dedico a ayudar a otros en su camino hacia un bienestar integral. 


Así es como nació nuestra empresa. De una lucha personal a un servicio para los demás. Creemos firmemente que la salud es un derecho para todos y esperamos seguir muchos años junto a ti, cuidando de nuestra salud. Y si aún no has encontrado el camino hacia un estilo de vida más saludable, siempre estaremos aquí para ayudarte y acompañarte en el camino.

AntonioH.

Fundador

Hoy, puedo decir con orgullo que, a través de la colaboración con científicos e investigadores, estamos a la vanguardia de la salud y el bienestar, ayudando a las personas a llevar vidas más saludables y felices. Ahora, no solo me preocupo por mi propia salud, sino que también me dedico a ayudar a otros en su camino hacia un bienestar integral. 


Así es como nació nuestra empresa. De una lucha personal a un servicio para los demás. Creemos firmemente que la salud es un derecho para todos y esperamos seguir muchos años junto a ti, cuidando de nuestra salud. Y si aún no has encontrado el camino hacia un estilo de vida más saludable, siempre estaremos aquí para ayudarte y acompañarte en el camino.

AntonioH.

Fundador

¡Recuerda que la salud es un tesoro invaluable y mereces cuidarla! Siempre es posible dar pequeños pasos hacia un estilo de vida más saludable.